Manizales es una ciudad llena de magia, levantada en el corazón de Colombia como el verdadero desafió de una raza que en épocas de arrieros, construyeron un caserío como lugar de paso obligado para llegar desde la Antioquia de antes, hasta el río de la Magdalena de antes y de hoy.
La ciudad se levantó en el filo de la montaña y fue creciendo gracias al tesón de su gente, que en épocas pasadas, en una Colombia que de verdad fue cafetera, mostró sin duda alguna el verdadero desafió de una raza.
Hace muchos años, esta ciudad que fue de arrieros, y después de cafeteros, y después de azucenos, y ahora de politiqueros de regular reputación y baja estofa, se convirtió en ¨ciudad universitaria¨. La ciudad de las puertas abiertas, ha visto desde entonces el interminable desfile de jóvenes venidos de todos los rincones del país, para estudiar en las universidades que se crearon aquí, para fortuna del mocerío de la región y para la de los jóvenes foráneos que vienen a ella, en busca de conocimientos en alguna de las muchas ramas del saber que se enseñan en la ciudad.
Las universidades proliferaron por montones, conformando un andamiaje educativo que tiene como la policromía del blanco y del negro, todos los matices de grises. Las hay desde muy buenas hasta muy malas, pasando por no pocas que son muy regulares.
Las universidades mas representativas de la ciudad han sido sin lugar a dudas, la Universidad de Caldas, La universidad Nacional de Colombia sede Manizales, La Universidad Católica y la Universidad de Manizales, que naciera como entidad cooperativa. Esas y las otras, tienen hoy carreras en de todo y para todos. Todas sin excepción, tienen programas muy buenos y programas muy malos. Carreras de verdad, carreras de mentiras y carreras intermedias. Hay exceso de ¨Doctores¨ y por supuesto escasea la formación de técnicos, en un país en donde como dice la sabiduría popular ¨Doctor se le dice a cualquier japuta¨.
Ya hablaremos de la cantidad de universidades que siguieron proliferando y de los programas universitarios que se ofrecen en Manizales, para todos los gustos y de todas las calidades, sin dejar de reconocer, que es en buena parte debido a ese empuje que da la población universitaria de Manizales, me atrevo a decir una de las mas altas por metro cuadrado del mundo, que la ciudad mantiene una economía alternativa, al rededor de la cual se mueve mucho dinero en Manizales.
Centrémonos en las facultades de Medicina y las facultades que hacen parte de eso que dieron por llamar con mas bombos que platillos: ¨Ciencias de la Salud¨: enfermería, fisioterapia, bacteriología, y de las facultades y centros de enseñanza superior y doctorados, que viven como parásitos del manejo de un sector hoy en manos de economistas, gerentes y auditores del sector salud entre otros muchos. Toda esa horda de ejecutivos y vividores que tienen como libros de cabecera, la Ley 100, la Ley 80 y todos los decretos reglamentarios que les han seguido, como hijos ilegítimos, legitimizados a golpe de estulticia política, con mucha falta de sentido común, en un país que tiene el vergonzoso orgullo de regirse por las leyes mas confusas y extensas del mundo.
Néstor Eugenio Ramírez, colmó después de mas de 20 precandidatos entrevistados, las exigencias de los politiqueros de la auto denominada ¨nueva coalición¨. Esos que sin ruborizarse salieron de la ¨vieja coalición¨, para hacer las mismas cosas en la ¨nueva coalición¨ con lo que aprendieron en la vieja. Son distintos en lo iguales y logran tener imágenes distintas, como las que tienen los sepulcros blanqueados.
A ese Alcalde le ¨debe¨ la ciudad el cierre del Hospital de Caldas. A su determinación, representación máxima del cretinismo político de un burgomaestre, le deben las facultades de medicina, de enfermería, de fisioterapia y de otras facultades, la falta de un Hospital Universitario, donde puedan formar sus alumnos en las áreas de la salud. La imagen que dan las actuales facultades en donde se forma académicamente el personal de la salud, es parecida a los ¨garimpeiros¨ del Puerto Inírida o los buscadores de oro que van horadando la tierra hasta dejarla árida y vuelta añicos, intentando conseguir el precioso metal en sitios donde puede no estar.
Los estudiantes de medicina, los internos y los residentes, se ven con esa imagen patética de luchadores contra molinos de viento, sin tener un centro en donde puedan regularmente practicar y sin tener pacientes que bajo la batuta de un docente universitario, les permita aprender el arte de la medicina. Pero no solo son vistos así. Ellos tienen conciencia. Perdieron el alma, el ¨Alma Mater¨, como resultado de la insularización de la Barataria de la salud, manejada por hombres que como Néstor Eugenio, tuvieron la estupidez de Sancho, aunque carecieran de su sentido práctico y de su bondad interior.
Siguiendo con las enseñanzas de el escudero, ¿cómo hacemos, para poder desfacer el entuerto que nos dejara el rocinante que tuvimos de alcalde? Las obras de destrucción que recuerdan la estupidez política, son prácticamente imposibles de reconstruir. Entonces, si hoy Manizales no tiene un Hospital Universitario, donde se puedan cumplir los convenios docente asistenciales, nos esperanzamos en la existencia de gente honesta en las universidades de Caldas, Manizales, Católica y Autónoma, para terminar con programas que carecen de centros adecuados de practica y de la academia en la formación de los educandos.
Será que algún Quijote aparece, para mover todo el estamento universitario en salud y volver al convenio docente asistencial, apropiarse del Hospital de Caldas, para recomenzar la vocación perdida de la docencia. Sumada la excelencia del Hospital Infantil y algunas especialidades en Santa Sofía, es posible que se pueda corregir el rumbo de una historia descarrilada en las determinaciones de Néstor Eugenio.
Adenda:
Sobre esta historia llena de torpeza, se levanta la piedra angular sobre la cual la esposa de Néstor Eugenio, quiere con un discurso insulso y bobalicón, llegar al Congreso de la República, por el partido de la U. Fue que se acostó aliviada y amaneció política. ¿Cual es el futuro de la ciudad con estos politiqueros de ocasión y sus consejeros de cabecera? El Mesías del Ubérrimo, lo decidirá, con alguno de los muñecos, a través de los que el habla como un ventrílocuo
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