miércoles, noviembre 07, 2007

CEMENTO Y CONTRAVIA



El jueves 21 el alcalde de Manizales , fue calificado por los 19 concejales de la ciudad, según nota publicada en este diario, con una media aritmética de 3,7. Calificaciones tan disímiles como que alguno le puso 1, mientras otros llegaron a la fantasía de ponerle 5. ¡Ni trabajo pésimo, ni trabajo perfecto!. Los dos extremos muestran una situación irreal que no tiene nada que ver con la verdad de la ciudad. Nos quedamos sin saber si fue calificado sobre 5 o 10, porque los resultados serían entonces diferentes.
El domingo 24 este diario lo muestra en una fotografía a color, en primera página, con los brazos en alto, en signo de victoria antes de cruzar la meta. El alcalde con una impostada sonrisa levanta sus manos empuñadas y muestra el dedo pulgar, simulando el gesto de los ganadores que hacen todo en las carreras a las carreras. Es el ganador de una competencia contra el tiempo, en la cual se empeño en hacer obras por montones, hoy mas montones que obras, que embellecerán la ciudad y que dice mejorarán la calidad de vida de los ciudadanos.
Todo estaría perfecto y sería el ganador, sino fuera porque es el único que corre, no se ve a otro detrás de él. Cuando alguien levanta los brazos en señal de victoria en una competencia sin tener contrincantes, entonces se presenta la paradójica y graciosa imagen de quien es a la vez el que llega de primero y el que llega de último. Ganador y perdedor al mismo tiempo. El doble filo de la propaganda al culto de las personalidades como resultados de tan solo 66 encuestados, lo que no solo es despreciable desde el punto de vista estadístico, sino que tiene a su haber todos los errores propios de una muestra no aleatoria, que no representa el universo de Manizales, apalancada en lo que se denominan: “Falacias por generalización de inducción errónea”, un tipo de razonamiento que va de lo particular a lo general , o bien a un tipo de razonamiento en donde se obtienen conclusiones tan sólo probables.
Y son falacias porque la muestra es sesgada. Es una muestra que ha sido falsamente considerada como la típica de una población de la cual ha sido tomada. Se generaliza: “Casi todo el mundo lo tiene bien calificado” asumiendo que “todo el mundo” fueron tan solo 49 personas. Estos sondeos y las muestras voluntarias son un tipo particular de este error, porque están implícitamente preseleccionadas o auto seleccionadas.
Pero es también una “Falacia del centro de atención”, que se produce cuando una persona asume que todos los miembros de un cierto grupo, clase o tipo, son como esos pocos que reciben la mayor atención de los medios.
Para colmo es una “Falacia de la verdad a medias” . Las verdades a medias son frases engañosas y falsas, que incluyen algún elemento de verdad. Las frases pueden ser parcialmente verdad, pueden ser incluso verdad, pero no toda la verdad del conjunto, lo que produce un engaño provocado por omisión. Pueden incluir algunos elementos engañosos, especialmente si se intenta mal interpretar la verdad. El propósito de las medias verdades o verdades a medias es hacer parecer algo que solo es una creencia, como una verdad absoluta. De acuerdo con la teoría del conocimiento de creencia de verdad justificada o problema de la justificación, para saber si una determinada proposición es verdadera, uno debe no solo creer en la verdadera e importante proposición sino también debe tener una buena razón o argumentos para hacerlo.
Hay obras de trascendencia innegable, cualquiera hubiera sido el ejecutor. Otras de importancia cuestionable. Algunas faraónicas y carentes de cualquier importancia real para la ciudad. No pocas inútiles. Pero todas tienen un denominador común: obras de cemento, en una ciudad, en la que la gestión de un Alcalde, se mide en metros cuadrados, el número de cuadras pavimentadas o los falsos bulevares construidos.
Por esa manera estulta de pensar la ciudad, hoy tenemos un teatro subutilizado que costo mucho dinero, con excelente silletería pero sin parqueaderos. Un estadio monumental, que obliga cuando se utiliza, al cierre de las calles, porque el parqueadero es la vía pública. Un monumento cerca de la Universidad Autónoma, que todavía nadie sabe para que sirve, ni que significa, y que además de feo, sirvió para enterrar en una construcción antiestética e inútil varios millones de pesos. Una doble calzada del batallón a la Enea, que es no solo de doble calzada, sino, dos veces hecha en menos de 3 administraciones y doblemente tributada. Un hospital, que va quedando muy bonito, con helipuerto pero sin helicóptero y sin pilotos, que ha costado mucho dinero, para terminar como bien para alquilar, cuando la promesa en escritura pública, incumplida por supuesto, fue la de reabrirlo como público y como universitario, en una ciudad donde los dirigentes tienen el concepto equivocado de que la administraron pública, acostumbrada como esta a ser tan corrupta, debe entregarse a manos privadas, que sin ser menos corruptas, son mejor negocio para los particulares.
Seria innumerable la lista de las cosas inútiles que se están haciendo, y mas larga aún la de las útiles que faltan por hacer, pero esas no le importan a nadie, porque no dan vitrina y no representan filón político para explotar electoralmente.
La ciudad ha quedado empeñada en vigencias futuras por varios años, sin que alguien haya tenido la sensatez de evaluar la verdadera utilidad de las obras en las cuales se comprometen dineros que todavía no se han recaudado. Muchos con euforia alaban las ejecutorias; el tiempo, único juez testamentario que tenemos, nos dirá que tan irresponsablemente actuaron con la ciudad, el Alcalde y los concejales que a cambio de baratijas, apoyaron esa gestión.
¡Iremos al grano!


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