lunes, mayo 24, 2010

POLITICA DE PICARDIAS, PICAROS Y TAHURES





Cambio mi vida por la cándida aureola
del idiota…
La juego contra uno o contra todos,
la juego contra el cero o contra el infinito,
en una encrucijada, en una barricada, en un motín;
O por los dados con los que se jugó la túnica inconsútil…

Apartes del Relato de Sergio Stepansky

Nos gustaría vivir en un país tan culto, en el que los poemas hiciesen parte de la cotidianidad literaria de nuestros jóvenes. Pero no nos gustaría un país manejado por alguien que tiene su gusto mayor en los juegos con dados. Esos tan populares en no pocos clubes de nuestro “Contry”.

El juego del “cacho” tan afecto a uno de los precandidatos, habla bien de su talante. Lo peor de la gente “bien” que nos ha hecho tanto mal.

Podemos entregarle las riendas del país a un takfūr, un tagevor, un tahur, que cree que la picardia es una iinocente virtudy nos invita, a seguir los pasos del jugador fullero y picaro que la ejecuta? Porque sin duda, el que hace y le gustan las picardías, aunque crea que son loables, es un pícaro feliz con ellas, ahora elevadas a la condición de “virtud” de la que se ufana con arrogancia y estulticia, creyéndolas muy graciosas.

Hablar de la picardía como si fuese algo inocente es un despropósito inmoral, para alguien que quiere ser ungido con la dignidad de Presidente, porque la picardía, ejecutada por el pícaro, es según el vernáculo lingüístico, una acción baja, una ruindad, una vileza, un engaño, una maldad, una bellaquería, ejecutada con astucia o disimulo por un tramposo, que en la cuarta acepción tiene intención o acción deshonesta o impúdica. Alguien que en la quinta, para ejecutarlo, hace una junta o gavilla de pícaros.

Pero es que además picardía es un adjetivo que significa bajo, ruin, doloso, falto de honra y vergüenza, ejecutada por un pícaro que es astuto y taimado. Es una acción que implica cierta intención impúdica.

Podemos entregarle el poder a alguien, que tenga la tendencia a resolver los juegos de su vida en un lanzar rapidísimo de dados? Los problemas nacionales serán resueltos los a los pares y a los nones? Los sótanos de Palacio, tan desacreditados por la entrada de delincuentes, serán convertidos en un garito, en el cual se juegue la suerte de este país, tan mal manejado hasta ahora, como si se estuviese jugando el dinero heredado que no ganado? En fin, podemos confiarle los destinos internos del país, y los problemas externos, que no son de poca monta, a alguien que tenga la tendencia a resolverlos como si se tratara de juegos de azar? Muchos pensamos que no.

Las indecencias del Régimen han sido muchas, pero la peor está por venir, dejar nuestro destino como Nación, en manos de un clon maquiavélico, adicto al juego del cacho. Alguien que es capaz de promocionarse con propaganda pirateada de un candidato en Méjico, es capaz de cualquier felonía y de cualquier ilegalidad para conseguir sus fines, así en ello, vaya a ser tirada a la mesa de juego, lo poco que nos resta de dignidad, en un país en el que los políticos, son la representación de lo más corrupto y cínico que hayamos tenido. Padres de la Patria, mal los llaman algunos.

Este país, nuestro país, mi país y el suyo, no puede seguir en manos de aquellos, que solo han utilizado el poder para mantener los privilegios de una policlase clientelista y corrupta, que nos desangra y nos carcome a diario.

Colombia está harta de los políticos, sinónimo de corruptos, que no tienen vergüenza y se ufanan de trampas y tropelías. Es a esos personajes, a los que les debemos la mayoría de nuestros problemas, el descredito de nuestra democracia, la vergonzosa realidad de nuestra clase dirigente, la corrupción enraizada como política de estado, disimulada con hipocresía en una legalidad aparente de la que carece.

El próximo fin de semana, se resuelve buena parte del futuro que queramos tener. Elegir entre representantes de una clase política desprestigiada y corrupta, que ha sido siempre lo peor de nuestra sociedad, con sus viejos vicios y sus nuevas mañas, más sofisticadas, pero menos decentes.

Nos jugamos el futuro de un país acostumbrado a politicastros muy picaros y a políticos poco honestos, para los cuales, no hay medio que no sea validado en la consecución de sus fines.

Aunque han salido los defensores de esa policlase, no exaltando las virtudes de sus candidatos, sino, tratando de mostrarnos que lo único que tiene el contrincante, es un temblorcillo en las manos (confundido con malicia total o ignorancia crasa, como Alzheimer, por Fernando Londono, imperdonable error en quien funge de erudito); una bajada, tonta eso sí, de calzones; unas representaciones con mimos, evidentemente mejores que balas o garrotes punitivos, para hacer cultura ciudadana. Lo hacen con malicia e ignorancia, porque el gran pecado que tiene Mockus es tener las manos limpias y el concepto de lo público pulcro.

Llego la hora de elegir entre un experto en dados al que le encanta la guerra y un educador, que cree piamente en que lo primero que hay que hacer es formar ciudadanos honestos, para poder tener un país decente.

Usted elegirá entre un falso positivo y un educador; entre un jugador y un matemático; entre un guerrerista y un pacifista, entre uno que disfruta con las picardías y otro que ama la legalidad; entre la propaganda negra y la verde. En fin, usted elegirá entre uno que se bajo los calzones y otro, con el que le van a bajar los suyos…