jueves, agosto 07, 2014


CONTINUA LA FUNCION DE URIBE EL CINICO

Es un cuento de nunca acabar, este de recontar las historias que pasan en Colombia.
Llegamos a la semana de la pasión, con las mismas historias de siempre. El repertorio no cambia. La novela es simplemente recontada a diario. Los actores tampoco cambian.  La tragedia se vuelve comedia y el pais asiste en silencio al espectáculo circence de la política en su  entrega de última edición, no como el arte de gobernar a los pueblos, sino como la más sofisticad de las artes de la decadencia humana.
La política barata es una modalidad moderna de la contorción idelógica, carente por supuesto de lógica y buen juicio. El espectaculo ha sido bien promocionado. Se prendieron las luces y  salió el ¨Contrameque¨,  para decir sin disimulo, que el circo debe tener doblado el horario de la función. El espectáculo que se anunció para ser presentado en cuatro larguísimas horas, necesita ahora supuestamente  el doble del tiempo, ocho,  para que se pueda ver  bien la función.
Hay una algarabía generalizada y en la arena se mueven con frenesí : malabaristas de cifras,  contorcionistas de opinión, equilibristas de principios, payasos y bufones que hacen las delicias de los cortesanos. No faltan los trapezistas que bajan los ingresos y suben lols impuestos, ni escasean los magos que hacen maravillas con la lentitud que tiene los ojos, y con estos la vista, ante la  rapidez de las manos y la libianidad de la lengua. La supeficialidad con la que se dicen las palabras,  es tanto mas grande que la perorata inconclusa de los promeseros de siempre. Los invitados esperan un buen espectáculo.  La promoción del mismo ha llegado al paroxismo.
Al rededor de la carpa, se agolpan revendedores,  especuladores, oportunistas, parásitos y agoreros. Se ofrecen espectáculos paralelos en las ciudades y los pueblos. El dueño del circo tiene un aire mesiánico y todo poderoso. Nada se hace sin su aprovación, sobre todo si es una carajada  mas vistosa y espectacular  que trascendente.  El circo se maneja  con criterio de finquero cordobes: hay un solo dueño y el resto son peones aleccionados y obedientes. Nadie cuestiona. Nadie interroga. Se tiene que estar de acuerdo con el patrón,  porque sino el piensa que se esta en contra de el.
Asi ha sido la funcion que se realiza en el tablado de la vida cololmbiana. Todos los días una presentación mas, con los mismos actores y los mismos papeles. Muchos hacen papelones.  Parece que nada puede ponerle fin a esa actuación entre tragica y comica, por cuenta de la cual mantenemos en vilo nuestra institucionalidad y nuestro futuro como Nación seria.
En el tablado del cngreso, se edita a diario, la obra maestra de la majaderia institucional. No se justifica que un cuerpo colegiado cueste tanto dinero, para tan poca utilidad o provecho.  La verdad es que los unicos que ganan con la existencia de ese monstruo de dos cabezas son los participantes en el. La politica fue cambiada harto tiempo ha, por la politiqueria de bajo perfil y baja estofa y no hay nada que se haga que sea ajeno a los intereses particulares y a la gula de poder de que hacen gala los actores.
No hay cabida para oposición y la que hay eta desdibujada, descalificada  o no es seria. Los politicos lograron llevar la Nación a un punto de postracion del cual parece imposible levantarse.  No hay evidencias que muestren cambios reales en el modo de hacer politica. Se cambiaron los actores para que los nuevos sean los que ostenten ahora el poder. Son mas refinados en sus formas, no cabe de ello duda, pero su bien actuar en general es deficiente y deja un saldo negativo a la hora de los balances sobre la actuación de los mismos.
En fin el pais continua muy mal. Las fuentes de trabajo disminuyen, la calidad de los trabajos ha llegado a niveles insospechados. La corrupción no da tregua y la batalla que se hace contra ella es un acto de espectacularidad  teatral, mas que de efectividad legal, que se pierde a diario. Los burocratas de antes y los de ahora conservan intactos sus apetitos insaciables. Las luchas del poder son operetas mal disimuladas, de los que quieren continuar manipulando un pueblo. De eso no escapan los actores de antes ni los de ahora. Todo ese circo en actuación permanente por cuenta del maltratado boslsillo de los contribuyentes, que ven incredulos como va pasando todo sin que pase nada.
Agreguemos a ese cuadro, la terca  idiocia reeleccionista y preparemonos para asistir  a la paralisis de la gobernabilidad, por cuenta del proselitismo. El bienestar comun no es el interes que mueve a los dirigentes mayores de nuestra patria, que convirtieron la politidca y el arte de gobernar , en un juego de bufones, payasos, consuetas y tiranos. Las exepciones confirman la regla. Dicen las cifras oficiales que el país esta mejor. Las extraoficiales dicen claramente que esta peor. La pobreza aumenta, aunque los pocos ricos ganen mas. El desempleo es disimulado y falseado en un subempleo altisimo y muchas veces carente de toda caracteristica que lo pueda definir como trabajo. El rebusque sigue siendo la opcion mayhor, en un pais donde no hay nada que hacer. 
Solo nos faltaria para completar el cuadro desalentador, que nuestro presidente enviara una fuerza colombiana  a Irak, a pelear una guerra que no es nuestra, para aumentar el riesgo de desatar sobre nosotros los efectos de las iras santas.




EN COLOMBIA EL CRIMEN SI PAGA


            Dice la sabiduría popular que el crimen no paga. Eso por lo menos fue lo que nos enseñaron nuestros mayores. Pero lo que pasa en Colombia al amparo de politiqueros, políticas y realidades, nos demuestra contra todo lo que quisiéramos saber, que en Colombia el crimen si paga. El hombre de la mano dura y el corazón blando vino para demostrarlo. Solo que esta demostrando no ser blando solo de la mano. También es manguiancho blandengue con la legalidad.
Si conocemos algo de la génesis y desarrollo de las fuerzas irregulares en Colombia, entendemos que el país esta sitiado por grandes enemigos que paradójicamente tienen cosas en común.
Una insurgencia despiadadamente asesina que en nombre de una revolución inexistente, comete los mas abominables crímenes  contra la sociedad civil, y desestabiliza el Estado. A la primera (la sociedad civil), por la fragilidad que le da ser el actor no comprometido con la guerra, y al segundo (el Estado), por la incoherencia de sus mensajes, la debilidad de su estructura,  la corrupción que la ha permeado siempre y la realidad de sus fisuras. A todo esto agreguemos el monstruo creado por el mismo estado en los 60, que degenero en el para-militarismo y tendremos una visión real de lo que Dante   describiera una vez  en su cuadro del infierno.
            Por un lado la insurgencia. Las causas justa de las reivindicaciones campesinas en Colombia degeneraron en las guerrillas, con una verdadera industria del crimen del secuestro, del narcotráfico y del terror,  que ha roto todos los diques de la tolerancia y de la racionalidad. Nada justifica la existencia de esas organizaciones criminales solapadas bajo los mantos de una ideología de la que carecen y con la que justifican todo. No tienen ideología, no tienen faro. Son agrupaciones criminales con fines económicos, que viven a expensas del caos que ellas mismas se encargan de armar. Es el caos sofisticado, o la industria del crimen en su mas avanzada versión, con falsos principios socialistas y concepciones de ganancias que dejan al capitalismo salvaje  como un simple club de aprendices.
Por el otro, el Estado con un aparato corrupto y no reconocido de muerte, en lo que dieron por denominar la inteligencia militar que no es mas que una forma de disfrazar la mano dura del Estado. Un Estado matón, inmoral y muchas veces en forma comprobada, asesino. Al amparo de la institucionalidad se han cometido los mas abominables crímenes de Estado. Curiosamente tampoco respetan a nadie y pueden hacer pactos con cualquiera, en la procura de sus fines. Su acción solapada la mayoría de las veces, y muy publicitada otras, encuentra eco en las creencias populares de acciones de orden y justicia, mentiras con las que disfrazan la verdadera intención de sus preceptos,  con los que mantienen enraizada la injusticia. Tienen como alivio aparente, el que se dicen regulares e institucionales, pero, tienen como agravante  que actúan a la sombra de la constitución y la legalidad.
Porque el paramilitarismo se engendro en los laberintos secretos del Estado y porque el Presidente Uribe, con la creación de las Convivir en Antioquia, les abrió las compuertas a la institucionalidad,  debemos estar preparados para ver una negociación que como resultado del error político de un hombre, producirá la mas completa impunidad que terminaremos pagando todos los colombianos. La entrega de mas de 800 militantes de la zona urbana de Medellín, debe ser vigilada con lupa.  Debe ser vigilada por muchas razones. La mas importante talvez sea la de la credibilidad, pues no se necesita ser malicioso para saber que esto esta muy fácil, demasiado fácil para ser verdad.  Los que se entregaron no son representativos del paramilitarismo, se reconocen marginales de Medellín y tienen al parecer  un pasado delictivo mas unido a la delincuencia común y al sicariato que a la guerra de los para-militares.  La espectacularidad y el despliegue de la entrega son poco prudentes, tratándose de supuestos actores de guerra, lo que hace además que el proceso carezca de credibilidad. Una credibilidad necesaria cuando se financia con dineros que pertenecen a la gente y que por supuesto no salen del bolsillo del Presidente o de su comisionado. Los actos espectaculares de los políticos son sublimes pero sofisticados.
 Una democracia débil como la nuestra, con un gobierno que ha puesto al descubierto muchas debilidades, y donde no hay oportunidades reales para las mayorías olvidadas,  tiene que estar repitiendo la historia de negociar con las minorías violentas que la ponen en jaque.  Solamente el día en que tengamos un gobierno que dedique todo su tiempo y sus recursos para solucionar los problemas de la gente que se ha mantenido dentro de la institucionalidad, a pesar del abandono del Estado, tendremos la posibilidad de soñar con la distopía de la paz. Mientras tanto, tendremos un Estado en constante pugna, tratando de mantenerse en medio de la guerra que se avecine de conciencias dolidas y de resentimientos represados. Porque siempre el represamiento de la injusticia, termina por romper el dique contenedor de una institucionalidad ficticia, que solo se preocupa por mantener  protegidos a los poderosos y controlados a los violentos, dos minorías que no se preocupan por la vida y los derechos, de las mayorías  olvidadas de Colombia. La historia es implacable y suele ser testamentaria  cuando repite de tiempo en tiempo las mismas representaciones en distintos formatos, con diferente director pero con el mismo guión.
Como abrebocas, nos dieron muestras del cínico protagonismo de                                                                         ¨Don Berna¨, con su mensaje altanero y desafiante y todo lo que representa dicha insensatez.