martes, febrero 12, 2019

REPENSANDO EL COTIDIANO
LA CORRUPCION: COMENZÓ LA CARRERA POR EL PODER

Flavio Restrepo Gómez
Twitter: @FlavioRestrepo
               @FrestrepoG

Cuando   era  joven  había decidido
  ser pianista en un burdel o político profesional. 
A decir verdad, no hay mucha diferencia
Harry S. Truman

                   Comenzó el último año del actual gobierno. En el 2018 habrá cambio de Presidente, de grupos  políticos al mando de esta  Nacion descuadernada. No faltará  el cambio de toda la horda de  burócratas de profesión, de  los personajes que viven como “chupasangres” del ejercicio de la política en Colombia, de los mandos medios, de los  encargados de hacer mandados y recibir prebendas. Cambiarán  todos los  que viven del erario, porque  en la  política  como en todas las actividades humanas que  no son debidamente planeadas y que  no exigen estabilidad todo es fluctuante. Son los  movimientos inherentes para poder acceder al poder. 
                  Ahora saldrán a la palestra todos los que  aspiran  a tenerlo en sus manos. La carrera será loca, será desleal, será corrupta, será  llena de promesas incumplidas, como es todo en política. Nos  tenemos que preparar para un año  de frenéticas y mentirosas pero bien adornadas promesas, de sonrisas fingidas que se  entregan a gente a la que no se conoce, solo para  hacerle creer que  se goza de su simpatía y que  pueden contar con el apoyo irrestricto del que en elecciones  se quede con el poder.
                  No faltarán las amaneradas muestras de amabilidades falsas y fingidas, de  buenas maneras impostadas,  de cortesías hipócritas, de apariencias  engañosas, de zalamerías  triviales bien  elaboradas, de  coqueteos populistas  para engañar a la gente, de argucias  bien manipuladas con las que se hacen las trampas, de  juegos de promesas incumplidas, de seductores  que   desprecian con hipocresía a todos aquellos a quienes  quieren seducir, mientras depositan  el voto, que después de  metido el dedo, sin darse cuenta meterán también la pata.
                  Como bien lo decía Winston Churchill: “un buen  político es aquel que, tras haber sido comprado, sigue siendo comprable”.Solo que el politiquero en Colombia cree que todo el mundo es comprable también, que todos tienen un precio, como sin duda lo ha tenido siempre el. En fin, que  la dignidad de la gente se puede comprar  en la feria  de la subasta de  la política, rebajada a la categoría de  arte prostituido, por cuenta de  de insensatos y "vivos" que se hacen al poder, para  enriquecerse en el. 
                  De otra manera no se explicaría,  porque en Colombia hay tantos candidatos  cuando se trata de elecciones de cualquier género, para puestos que son por demás ingratos, esos de los cuales pocas veces salen bien librados, aunque con la laxitud de nuestras instituciones, pocas veces paguen por ello.
                  Aldous Huxley, lo sentencio mejor que nadie: “Cuanto mas siniestros son   los designios  de un político,  mas estentórea  se hace la nobleza  de su lenguaje”. Y lo decía con razón, porque  no hay nada mas amanerado  en  el basar de la compra-venta de votos y conciencias que el comportamiento de un aspirante político, que tiene  obligación, contra su voluntad  la mayoría de las veces, de hablar con gentileza, fingiendo una  cercanía con el electorado que no es cierta y presentándose como un  cúmulo de virtudes que esconden un  volcán de basura ideológica y  personal. 
                  Es un juego. Pero es un juego  que  determina nuestra realidad  durante  el próximo gobierno. Un juego  de  falsedades, de promesas  mentirosas, de mentiras  a flor de piel, de  candidatos sonrientes y amigables  con  esos a los que  nunca vuelven a ver, a  los que no les dan  importancia alguna. En fin, es el juego mezquino de la   política, donde  parte de lo peor que  tenemos en nuestra sociedad, se hace a candidaturas y consigue avales, para después, si elegidos, favorecerse a si mismos, o favorecer a sus amigos y áulicos, que  en nuestra concepción mediocre de la política, en el ejercicio  sucio de  nuestra política, es el verdadero interés que tiene  el que se lanza  como candidato y logra ganar.
                  No escogemos los mejores , escogemos entre  muchos de los peores que tenemos en nuestra sociedad; gente que  ha vivido, vive y seguirá viviendo  de los dineros  de los contribuyentes, porque nunca aprendieron a hacer  un trabajo  honesto, un trabajo decente y de verdad. 
                  De manera que ya  los tenemos en el partidor, listos para iniciar la carrera  por el poder. Una carrera loca, que no pocos locos emprenden, para hacer que la vida se nos vuelva  cada vez mas difícil; para  tomarse por su cuenta  todos los actos en los que puedan demostrar que  con el poder  en sus manos pueden hacer lo que quieran, como quieran, cuando quieran.
                  Evidentemente hay excepciones, pero son tan escasas que confirman la regla. En fin de cuentas: “No es la política la que hace a un candidato convertirse en ladrón. Es tu voto el que hace a un ladrón convertirse en  político” (Todase) 

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