El Presidente Uribe se traslado al Departamento de Arauca, en los llanos orientales. Lo hizo al Departamento de la ternera a la llanera y la ternura en la llanura, para gobernar desde allí. Quiso demostrar el imperio del Estado en cualquier lugar de la geografía Colombiana, independiente de cuanto violento ese lugar sea, por cuenta de nuestra vocación de corsarios y la autorización absurda de Pastrana
Pero por detrás del espectáculo bien organizado para demostrar soberanía, hay cosas que vale la pena repensar. El Presidente fue a Arauca para demostrar que no hay lugar en Colombia, que no se encuentre bajo el control del Estado. Verdad y mentira. O mejor, verdad a medias, y lo que es verdad a medias es mentira completa. Porque esta demostrado que hay zonas de nuestro país que viven bajo el imperio de los insurgentes, llámense guerrilleros o paramilitares. Esa es la verdad verdadera. Lo demás es una buena intención y nada mas.
Esa pomposa obra de la dramaturgia gubernamental no fue barata, en un país que en palabras del Presidente, como el lo asegura, es tan pobre. Pero la ley del embudo llega a su máximo esplendor con la acción del primer mandatario. Si, es bueno ir a demostrar soberanía. Pero cuando para hacerlo hay que gastar grandes sumas de dinero, en logística, defensa, transporte de carros blindados nivel VII, custodia por 5.000 hombres del Batallón de la región, despliegue de armas, seguridad máxima y bloqueo de millas a la redonda, custodia permanente desde el espacio aéreo, y otros quetales en la parafernalia de la protección, en un departamento acosado por la violencia; entonces el costo de la operación no justifica sus resultados. Es como gobernar desde un bunker, para demostrar poder. Si la soberanía fuera real, lo habría podido hacer con el esquema de seguridad de rutina, sin los costos elevados que la realizada produjo, por cuenta del contribuyente que es el que tributa, para ver sus impuestos dilapidados en bagatelas de las que en efecto no necesitamos.
Agreguemos a eso que liberó, no consiguió, y esto hay que tenerlo presente, 60 mil millones de pesos de regalías petroleras para invertir en Arauca, y estalla el paroxismo, se hacen venias y genuflexiones a un mecenas que no existe. Porque esa plata era de Arauca, le correspondía a Arauca y se la habían congelado a los llaneros de Arauca. No consiguió nada pues, y su labor fue la de descongelador de dineros ya asignados. Pero para terminar de rematar con gran dosis de autoritarismo, determinó que ese dinero estará bajo la tutela del Batallón Lanceros para que construyan la carretera. Nada peor que entregarles las regalías a los militares que dedicados a los oficios de la inteligencia militar, no tienen idea de cómo manejar tamaña suma, en algo distinto a la guerra. Además con los casos de corrupción que han sido denunciados no se justifica que sea el regulador del gasto, el que realice la obra, que bastante tiene ese batallón con los problemas de la guerra, como para dedicarse a las labores de ingeniería y construcción
La soberanía no solo consiste en el alcance de cada rincón, con una presencia del Estado, presencia que en buena parte del territorio Nacional es irreal. Soberanía es además, tener aquende las fronteras, todo el andamiaje del estado preservando la vida de los colombianos, llevando salud y educación a cada parte del territorio, manteniendo el imperio de la ley sin zonas de exclusión, teneniendo la cobertura completa de la cultura y el arraigo, trabajando activamente por el mantenimiento respetuoso de la pluralidad étnica y la Unidad Nacional sentida, no solo pregonada, como sucede en buena parte de los recodos de nuestra sufrida Colombia. En definitiva soberanía es el dominio del Estado en lo ideológico, en lo político, en la seguridad, la educación, el trabajo y la paz, sin olvidarse de otros quetales, necesarios para hablar de una Unidad de la que en efecto carecemos.
El gobierno esta desenfocado, sigue el principio establecido por Voltaire en su diccionario filosófico, donde decía que era mejor ser vil, que ser tenido por vil, cuando sin serlo, se recibía el reproche de serlo, y se perdia así, una satisfacción, no por nuestros actos, sino por la forma en que los impíos suelen verlos. Nosotros miramos derecho y ellos miran de través, que es un principio, que es ley universal, que todos los hombres son perversos y triunfan en su perversidad… Hay hombres que ven de lejos otros que lo hacen bien de cerca, los hay que ven claro y nítido otros oscuro y opaco, lo que no es común decía, es que un hombre confunda un orinal con una casa, ni un caballo con un gallo. Esos en sus decir son hombres que tienen el juicio falseado. Que radiografía de nuestros dirigentes y políticos.
En definitiva el Presidente lo haría mejor, sin tanto malabarismo tremendista de político sagaz, con sus desplazamientos populistas. Debía dedicarse en una de sus sesiones de meditación trascendental, al amparo de su ejercicio yoga, a preguntarse, si es justo cobrarle impuestos a la educación, a los jubilados, a los artículos básicos de la canasta familiar, entre otros, solo porque le escasean los pesos para mantener este Estado glotón e insaciable, que como barril sin fondo se come cuanto presupuesto le pongan, y que nadie sacia alguna vez, porque es hambriento siempre.
A todas estas, ¿Quién ideo las ¨Convivir¨, en Antioquia? ¿disminyeron o aumentaron la inseguridad? ¿Qué tienen que ver con el origen de las Autodefensas? Mientras en Colombia sigamos pensando que es con bala y muerte, con odio y rencor, como se soluciona la problemática del país, jamás tendremos la posibilidad de la distopía de la paz al amparo de la realidad de la guerra.
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