No puede haber una revolución, levantada sobre la indiferencia y brutalidad que muestran los agresores por los agredidos, ni cuando la vida de los colombianos les vale nada. Una guerrilla que ha convertido a los colombianos en simple mercancía para utilizar en el chantaje de la guerra, sin importarle el sufrimiento que con eso causan, irrespetando los mas elementales principios de humanidad y compasión, es una guerrilla naftalínica, que perdió el norte, si ES que alguna vez lo tuvo alguna vez lo tuvo, una guerilla que no puede seguir destruyendo un país para justificar una revolución inexistente.
Esa no es una fuerza revolucionaria en estricto sentido de La palabra. Esa es una fuerza de criminales sin alma, sin corazón, sin tripas, a la que nada le valen los derechos elementales que tienen todos los seres humanos.
No pueden seguir engañando al mundo, vendiendo la idea de que son una fuerza beligerante, que intenta cambiar un pueblo a través de la lucha armada, cuando los ideales de soberanía, han sido cambiados por los manuales de un negocio, negocio bruto y desalmado.
Las imágenes son de todos conocidas. Seres humanos, tratados con crueldad por unos animales que como hienas, hicieron de la crueldad un negocio que les produce mucho dinero, menos dinero que indignidad, pero muchísimo dinero. Seres humanos, a los que les roban los derechos mas elementales, a los que les arrebatan contra su voluntad la libertad. Seres humanos, dejados al arbitrio de los caprichos de una selva, que se convirtió en madriguera de los que quieren seguir posando de revolucionarios, y en cementerio de las esperanzas para los que se encuentran secuestrados.
En esa dramática y cruel realidad que viven miles de colombianos, estos imbéciles, tratan de justificar la existencia de un grupo que reclama para si, un reconocimiento que no merece, el de fuerza armada revolucionaria, con el supuesto de que lo hacen en una lucha intestina contra la institucionalidad, motivados por la injusticia y la desigualdad en que vivimos.
La única revolución que han conseguido, es la de las conciencias dolidas de todos los que en Colombia, detestamos la violencia como herramienta de cambio, cualquiera sea su justificación. El secuestro se ha convertido en un pasaporte a la impunidad, que les permite enriquecerse con el dolor del pueblo, por el cual un día, mintiendo, dijeron luchar.
A una guerrilla así, no hay nada que la justifique, ni hay algo que la defienda.
Si algún remedo de dignidad les queda en su hipócrita gesta libertaria, entonces, que acaben de una vez con el crimen infame del secuestro, con el que solo logran perder cualquier legitimidad, con el que se convirtieron de un solo golpe en terroristas desacreditados, que amparados en el poder del miedo, actúan al margen de cualquier posibilidad de reconciliación entre los colombianos.
De todas las vergüenzas que tenemos como nación, ninguna se acerca a la deshonra que nos produce, la de una guerrilla que carece de principios y que paso todos los límites. Solo los cobardes se escudan en seres humanos debilitados y pisoteados en todas sus libertades, para continuar insistiendo en una lucha armada, que no tiene hoy justificación distinta a la del mas bajo de todos los negocios que hayan podido organizar en el mundo. Porque, aún en las guerras mas crueles, hay reglas de honor, que respetan los guerreros de verdad y que solo pisotean los mercenarios y guerrilleros de mentiras.
Esa guerrilla despiadada, que se alimenta con la guerra fratricida, no merece respeto, ni despierta solidaridad. Es una guerrilla despreciable, que se convierte en enemigo público de todos los colombianos, de los colombianos que no tengan como ellos, alma de esclavo y que se permitan la libertad de pensar en libertad.
Si tienen la incapacidad mental e intelectual de ser un grupo que defienda las ideas en la discusión abierta, entonces, sigan alimentando esa guerra estúpida en la que se pierden todos los recursos de Colombia, pero comiencen a hacerlo como hombres y mujeres que tengan algo de la dignidad del guerrero, enfrenten a las fuerzas del Estado con honor y con hombría, sin la cobarde utilización de escudos humanos que los protejan en sus madrigueras, con los que solo logran despertar un sentimiento de repulsión generalizado.
Luchen, si no pueden pensar; concéntrense en la guerra, si no tienen la capacidad de negociar las ideas, pero liberen ya a los secuestrados. !No sean cobardes!
No pueden seguir engañando al mundo, vendiendo la idea de que son una fuerza beligerante, que intenta cambiar un pueblo a través de la lucha armada, cuando los ideales de soberanía, han sido cambiados por los manuales de un negocio, negocio bruto y desalmado.
Las imágenes son de todos conocidas. Seres humanos, tratados con crueldad por unos animales que como hienas, hicieron de la crueldad un negocio que les produce mucho dinero, menos dinero que indignidad, pero muchísimo dinero. Seres humanos, a los que les roban los derechos mas elementales, a los que les arrebatan contra su voluntad la libertad. Seres humanos, dejados al arbitrio de los caprichos de una selva, que se convirtió en madriguera de los que quieren seguir posando de revolucionarios, y en cementerio de las esperanzas para los que se encuentran secuestrados.
En esa dramática y cruel realidad que viven miles de colombianos, estos imbéciles, tratan de justificar la existencia de un grupo que reclama para si, un reconocimiento que no merece, el de fuerza armada revolucionaria, con el supuesto de que lo hacen en una lucha intestina contra la institucionalidad, motivados por la injusticia y la desigualdad en que vivimos.
La única revolución que han conseguido, es la de las conciencias dolidas de todos los que en Colombia, detestamos la violencia como herramienta de cambio, cualquiera sea su justificación. El secuestro se ha convertido en un pasaporte a la impunidad, que les permite enriquecerse con el dolor del pueblo, por el cual un día, mintiendo, dijeron luchar.
A una guerrilla así, no hay nada que la justifique, ni hay algo que la defienda.
Si algún remedo de dignidad les queda en su hipócrita gesta libertaria, entonces, que acaben de una vez con el crimen infame del secuestro, con el que solo logran perder cualquier legitimidad, con el que se convirtieron de un solo golpe en terroristas desacreditados, que amparados en el poder del miedo, actúan al margen de cualquier posibilidad de reconciliación entre los colombianos.
De todas las vergüenzas que tenemos como nación, ninguna se acerca a la deshonra que nos produce, la de una guerrilla que carece de principios y que paso todos los límites. Solo los cobardes se escudan en seres humanos debilitados y pisoteados en todas sus libertades, para continuar insistiendo en una lucha armada, que no tiene hoy justificación distinta a la del mas bajo de todos los negocios que hayan podido organizar en el mundo. Porque, aún en las guerras mas crueles, hay reglas de honor, que respetan los guerreros de verdad y que solo pisotean los mercenarios y guerrilleros de mentiras.
Esa guerrilla despiadada, que se alimenta con la guerra fratricida, no merece respeto, ni despierta solidaridad. Es una guerrilla despreciable, que se convierte en enemigo público de todos los colombianos, de los colombianos que no tengan como ellos, alma de esclavo y que se permitan la libertad de pensar en libertad.
Si tienen la incapacidad mental e intelectual de ser un grupo que defienda las ideas en la discusión abierta, entonces, sigan alimentando esa guerra estúpida en la que se pierden todos los recursos de Colombia, pero comiencen a hacerlo como hombres y mujeres que tengan algo de la dignidad del guerrero, enfrenten a las fuerzas del Estado con honor y con hombría, sin la cobarde utilización de escudos humanos que los protejan en sus madrigueras, con los que solo logran despertar un sentimiento de repulsión generalizado.
Luchen, si no pueden pensar; concéntrense en la guerra, si no tienen la capacidad de negociar las ideas, pero liberen ya a los secuestrados. !No sean cobardes!
2 comentarios:
Andan diciendo en la radio que el Alcalde se lo va a comer por injurioso. Hoy avisaron que le tiene 2 denuncios. Usted va a quedar como un culo y el con esas denuncias se va alavar las manos de lo que usted denuncio en el periodico. Te jodistes.
Ni de vainas. Tarde que temprano ese alcalde cae. yo que he estadocerquita a la administracion, se que todo lo que ha dicho este señor es cierto. El que no debe dejar de preocuparse es Luis XV, . Tarde que temprano, caera por picaro.
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