martes, mayo 19, 2009

LOS COSTOS DEL REFERENDO



Las cifras no mienten. Ellas están ahí expresando la verdadera medida de la idea.  Ellas quedan a la vista de todos, para que se repasen diariamente. Ponen en cintura el concepto y lo bajan del escalón del sueño. El Presidente se dejo contar. Todo lo que se diga para explicar lo que aconteció, pasa por los laberintos de la mente sin inmutarse. Todo lo que se discuta ahora, no será mas que una disculpa para intentar convencer a otros de una realidad que no se quiere aceptar. El referendo era tan inútil, como injustificado su costo en la Colombia pobre en que vivimos. 

La verdad no puede ser fragmentada, aunque cada uno tenga que aceptarse con su propia veracidad. Todo lo demás son los esperados pero inaceptables pataleos de las falacia y equivocaciones. Son los sofismas elaborados con que quieren explicar el fracaso.   Con el inútil referendo, se puso en evidencia la profunda fragilidad ideológica del actual gobierno. La debilidad programática era ya evidente desde hace mucho tiempo.

Uribe cuenta en su haber hoy, con algo que nadie habia podido hacer a lo largo de nuestra vida republicana. Sus recalcitrantes posturas de derechista no moderado, han llevado el país a una reacción de impredecibles consecuencias. Las elecciones de ayer abrieron las compuertas a la izquierda colombiana. Esperemos que esta si sea moderada. Si no lo es y se polariza, como tiene polarizado el país el Presidente,  deja de ser izquierda y se torna  siniestra.

Todavía no sabemos los costos directos del referendo. Nunca tendremos una cifra real y confiable de sus inmensos costos indirectos. Sabemos eso sí, que no es lógico invertir esa suma de sumas en un país que cuenta en su haber, con confesados índices de pobreza y de necesidades no resueltas.  Es infame pensar en la gente que muere en todos los rincones de Colombia por falta de atención en salud, derivada  a su vez de la falta de recursos disponibles para promocionarla y atenderla. Es vergonzoso  saber de los niños que permanecen  todavía sumergidos en el lodo de la ignorancia y el analfabetismo, por falta de mecanismos que les garanticen el acceso a la educación, derivados directos de la falta de recursos disponibles para ejecutarla.  En fin, hay tantas cosas imperdonables en Colombia, que nada justifica se haya invertido esa suma de sumas en una fantasía terca del Presidente.

Se presentan a la opinión pública unas estadísticas falseadas de la popularidad del Presidente. Quieren inflarlas con el hipotético apoyo de los que están al margen de esa franja de 5.800.000 colombianos que por el votaron, y que lo siguen acompañando como su puntal popular. Pero los 22 millones de colombianos que no votaron, de los 28 millones que tiene el censo electoral , no se los puede abrogar, el mismo, ni algún Uribista sensato, como sus seguidores. Ellos no botan entre otras cosas, porque no creen en el país politiquero, incluido Uribe en ese país politiquero. 

La gravedad de la situación en Colombia, no se puede seguir atacando solamente con medidas represivas y con exageradas cargas tributarias.  Eso es mas fácil evidentemente,  mas espectacular si se quiere, pero es mucho menos productivo y muchísimo menos libertario.  El lenguaje de los hombres que están en sano juicio, en un país en el que sea realidad el progreso armonico, se caracteriza porque desborda la persona del que los gobierna. Un Presidente trascendente  será aquel, que haga algo que no lo beneficie a el mismo. Aquel que aplique para si el ejemplo del ojo. Es bien curiosa la paradoja del ojo, que tiene  la capacidad para ver el mundo dependiendo de la incapacidad que tiene para verse a si mismo. Pero el ojo solo se mira a si mismo, cuando esta enfermo. Una persona que tiene una catarata por ejemplo, solo ve una nube en su propio ojo. Lo peor es que cuando el ojo esta enfermo y solo se ve a si mismo, ve en las fuentes luminosas que lo enceguecen, un abanico de los colores del arco iris. En la proporción en que un ojo se fija en algo de si mismo, tiene  en esa misma proporción perturbada la visión. Un Presidente debe ser como un ojo, que cuanto menos vea de si mismo, mas puede entregarse a la causa de los hombres a quienes gobierna. 

El referendo nacio muerto. Solo fue una propuesta populista del mas aplicado de los populistas que ha tenido el país. No había nada que lo justificára, que no se pudiera hacer por vía Constitucional. Los costos no habrían sido muchos, pero habría sido menos espectacular. Al Presidente  le gusta el espectáculo circense del poder. Los colombianos todos, incluidos los uribistas, pagaremos el costo de la aventura  presidencial. 

  Ya su ministro estrella (al que llaman Dios, porque esta en todas partes y nadie lo puede ver),  dijo que dimitía.  Pero el Presidente no dimite  ni dimitirá. El se va a encargar de llevarnos hasta el final, y no contento con eso querrá quedarse por mas tiempo.  Vamos a ver cuantos de lo que hoy lo respaldan incondicionalmente, lo seguirán a ciegas como hasta ahora, en el final de su cuatrienio. Esperemos que para entonces tengamos un país. Esperancémonos en la posibilidad de que no se nos desgrane por completo la institucionalidad, ni se nos desangre del todo la Patria mal amada que tenemos. Si para eso es necesario que le salga la magia al mago y que continúe la hipnosis colectiva,  pues que le salga y que continúe.  Colombia no resiste mas desangres. Los colombianos nos resistimos a perder la esperanza y a tener mas frustraciones. 


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