Mockus reveló que tiene Parkinson. En un país en el que a los políticos nunca les han temblado nada para todo tipo de trampas y triquiñuelas, es bueno saber que tenemos la posibilidad al fin de un presidente al que le tiemblen las manos, para todos los delitos a los que nos acostumbraron los politiqueros a los que no les tiemblan para nada…
La corte Constitucional, le dio el jaque mate al reyezuelo. Luis Guillermo Giraldo Hurtado, con todo el cúmulo de purulencias que lo anteceden, uno de los más vulgares clientelistas en Colombia, no creyó que su referendo se hundiría. No lo creyó, porque había pasado de muy inteligente y muy sagaz, hasta cuando hizo una pregunta estúpida, mal redactada, que fue imposible de enmendar, a pesar de todos los esfuerzos realizados por los cafres que nos gobiernan y de los que ayudan a los cafres que nos gobiernan, tan cafres como ellos, sino mas.
Y afortunadamente salió a la luz pública y se hizo evidente, lo que nadie sabía, la profunda estupidez del político caldense, porque aunque no era su objetivo, los imbéciles generalmente, no tienen objetivos claros que se ciñan al rigor de la verdad, logro que esa avalancha politiquera, con la que Uribe, solapado, haciéndose el que no era con él, quería que lo reeligieran a cualquier costo. No importaba pisotear la Constitución, volver añicos los principios democráticos, permear todas las instituciones de control, tener plan B y C y…, para mantener en el poder su figura de gamonal de pueblo, elevada a la más alta dignidad del Estado, diferenciándose en nada, de todos los dictadorcillos, que han pululado por estas tierras de republiquetas bananeras y sus hermanas las del sur, no ajenas a las dictaduras y a los gorilatos.
Al fin una institución tuvo la entereza, para frenar el apetito insaciable del dictadorcillo solapado.
Uribe nos deja, un país con más sisbenizados, pero con menos salud. Una Colombia mas politiquera, mas llena de mendigos, sostenidos con la politiquería mendicante manipulada con Familias en Acción, obra prima del Ubérrimo y su flamante subordinado, Luis Alfonso Hoyos. Ese que nos representa en la ONU y que ante el desacuerdo, sale haciendo pataletas diplomáticas, en un mundo que necesita entereza de carácter, pero también diplomacia
Nos deja también, una Colombia más polarizada, menos tolerante, más violenta. Una Colombia más endeudada, más injusta, más clasista, más politiquera, más barata, más botaratas. Una Colombia más corrupta en la ejecución de obras públicas. Una Colombia mas anquilosada en el Medioevo político, con un Procurador de bolsillo y media lengua, a quien le sobran títulos de templario y le falta temple de hombre neutral. Una Colombia en la que hombres que tuvieron gloria en el deporte, por ejemplo, se convierten en payasos políticos, por cuenta de la fama o del pesar. Actores de televisión, gente de farándula, hijos de ex secuestrados (con todo el horror que representa ese crimen), que utilizando el pesar y la política de caga-làstimas, se han hecho a verdaderos fortines políticos.
Allí esta como ejemplo Mauricio Lizcano para probarlo. Todo su andamiaje lo construyo sobre la tragedia del secuestro de su padre; sobre esos pilares, escrupuloso, saluda a la gente en sus actividades de proselitismo político, con el asco que le produce que lo toque la gente del pueblo, como que necesita lavarse las manos, cuando, los que necesita para que voten por él lo saludan, porque lo impregnan de sudor de pueblo. Un hombre que traiciona al que era su segundo a la Cámara, Gerson Bermont, solo porque apareció Jairo Quintero, admirable como directivo del Once Caldas, pero analfabeta político. Cuánto costaría esa falta de pudor de Lizcano, para traicionar al que había trabajado años con él? 500 millones? Vaya uno a saberlo con gente tan indecente en la vida. Puede un país ser viable cuando el futuro político, está en manos de hombrecillos como ese? sin lugar a dudas: NO.
El legado de Uribe debe servir, para enseñarnos, que los cultos a las personalidades, siempre se apuntalan en la mitificación de un energúmeno, de un sociópata o de un psicópata. Y que en la sociopatìa, toda una muchedumbre se les come el cuento. Los que viven de mamar en las ubres de la raquítica economía del Estado, de todos los estratos, porque para la imbecilidad colectiva, casi todos son aptos.
!Hasta nunca, Presidente! Si usted cree que Santos es el que va a guardarle la espalda, probablemente se equivoque. Santos ha demostrado a lo largo de su vida pública, ser un hombre traicionero, alineado con su ego, y pegado a lo que le conviene. A él no lo unen principios, solo lo amarran intereses. Usa su nombre, porque gago, sin él, no pasaría de ser uno de los politiqueros menos convincentes de este país.
La esperanza estaba perdida. Era ya casi la hora de la resignación a una realidad que tenia mas de sino, que de verdad. Como una carga que teníamos que cargar por siempre, sometidos al imperio de la indecencia, la felonía, la mentira y la manipulación, de los que hasta ahora han manejando los destinos de esta Patria tan maltratada por sus politicastros, muy interesados, pero poco interesantes.
Ya desahuciado por los políticos, este sufrido país, aparece en el panorama, la luz de la esperanza. Aparece en todo el esplendor del verde, que suele representarla, para que la diferencien de esos colores que solo produjeron durante años, verdaderas orgias de corrupción y de "merde" política. Tal vez estamos ante la única oportunidad que nos de la vida y también la historia, de llevar a la Casa de Bolívar, gente decente. Porque Antanas Mockus, es sin lugar a dudas la única posibilidad que nos queda de comenzar a educar a la gente en política, como lo hizo en Bogotá, toda una obra maestra de ingeniería intelectual y de cultura ciudadana, que demostró, cambia el sentimiento de la población y recupera el sentido de pertenencia.
Es probable que las elecciones las gane un camaleón como Santos, una parasita oportunista como Nohemí, un hombre radical sin cambio como Vargas, el de Cambio Radical (eufemismo inaceptable en la modernidad), un potro del polo: Petro; ¡que se yo! Pero la esperanza única que tenemos de comenzar a construir un país decente, está en un hombre civilizado, culto, inteligente, con vida intachable, honesto (excentricidad en política), que domina la cultura ciudadana, como piedra angular de la política de un país que necesita ser construido desde las bases.
En Colombia somos tan estúpidos, que esa oportunidad única la dejamos pasar, para dejar avanzar todo el ejército de mercenarios que hacen política en Colombia. Por Mockus, meto el dedo y la mano completa. Ese es el Presidente que necesita este país, para trazarle un norte y construir un país decente.
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